romance ordinario

cagado por el horror que se esconde tras los símbolos de lo cotidiano. que el tetragrammaton os agarre confesados.
Por Dante Guerrero


A: ándale ya vístete.
Sabes…. Deberíamos dejarlo de hacer en casa, no me gustaría que mamá me escuchara o peor, que nos viera.
B: si, también yo ya lo había pensado.
A: si tuvieras un trabajo chido seria mas fácil, ya sabes, independizarte, tener tu depa y así. Puedo decir que iría a casa de una amiga y así no dormiríamos en cuartos separados; al menos no diario.
B: ja … también podríamos pagar un hotel como las personas decentes o tu dejar de estudiar y así entre los 2 seria mas fácil.
A: no mames solo me faltan seis meses pa acabarla, además solo era una sugerencia, ya olvídalo.
B: oye… y no te sentiste rara ahora que lo volvimos a hacer así,
A: esta vez no. Fue mas fácil, no entiendo porque tu obsesión.
B: no es obsesión. Es curiosidad, es que Jacobo me dijo que era de a jefes.
Verás… la historia es que con su ex chica lo hizo, y quedo medio lastimada entonces toda la semana la niña al ir cagar no dejo de pensar en el; maldiciéndolo claro está.
A: pendejo querías que me pasara lo mismo
B: no, no, aparte me contó que se sentía chido…. O ¿no?, lo otro solo es la parte cagada.
A: ps normal, no es nada del otro mundo.
B: mta…
A: creo que deberíamos olvidarnos de esto…

C: ¡ HEEEY! ¡YA BAJEN A CENAAAR!

A y B: ¡SI…!
B: baja tu primero, es que tengo ir al baño.
A: sip
A: oye ma… me pasas el café
C: toma, ¿por que cesar no baja?
A: es que entro al baño.
M: justo cuando se le llama a cenar se le ocurre ir al baño o ponerse a hacer sus cosas, ¡siempre hace lo mismo!, desde chiquito tu hermano siempre ha sido igual. ¡CEEESAAAR!.

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