Por Isaac Lugo
Algo sucedió, fue el sábado, no entiendo muy bien porque... nadie me ha dicho cómo se supone que somos por dentro. El otro día mi prima Martha se cayó, es una tonta, el caso es que se raspó la rodilla y observé que le salió sangre, le corrió hasta el tobillo. Eso me hizo pensar que, no recuerdo golpe, caída, raspón, ni nada que me haya sucedido, no tengo cicatrices ni vestigio de algún accidente como Martha, que se cae a cada rato.
Y es extraño porque esa mañana... me levanté muy temprano a ver mi caricatura favorita. Al terminar, aún continuaban todos dormidos y bajé hasta el taller de mi papá que se dedica a ser carpintero.
Mi papá hace muebles.
Y es extraño... porque esa mañana.
No entiendo, algo sucedió, no entiendo.
Hace muebles y corta grandes tablas en su sierra circular, olvidó desconectarla. Accidentalmente tropecé y al sostenerme de la base de la sierra oprimí el interruptor sin poder detener la fuerza y la inercia sobre la dirección que llevaba mi cuerpo. Me fue imposible observar la sangre, y no entiendo por qué hoy es sábado y mañana, también. No recuerdo golpe, caída, raspón, ni nada que me haya sucedido.
Sólo recuerdo mi vista, fija, sobre el techo.
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